lunes, 26 de febrero de 2018

Ganadores del I Concurso de microrrelatos sobre la igualdad

Estamos muy contentos por la participación de nuestro alumnado y la calidad de los trabajos entregados. La decisión no ha sido fácil. Por ello, a pesar de que en las bases solo estaba previsto premiar al ganador o ganadora, hemos decido también publicar los relatos finalistas. Aquí los tenéis:

Procedencia de la imagen


- 1ª Modalidad: de 1º a 3º de la ESO:

Microrrelato ganador
Reflejos

Entro en mi casa y me siento sola. Miro las oscuras paredes y me siento sola. Escucho el ruido cotidiano de mi familia y me siento sola. Me miro en el espejo y me devuelve una imagen muy difusa de lo que fui. Temo que se desvanezca. Solo veo con nitidez mis tacones rojos, sigo esperando el día en que me los pueda quitar y caminar derecha y firme.

María Blanco Castro, 1º ESO C


Primer finalista
El diario

Querido diario:

Hoy me ha vuelto tocar planchar, hacer la colada, llevar a los niños al colegio... No me quejo, aunque mi madre no me advirtió que al casarme tendría que asumir tantas responsabilidades. Pero claro, mi pareja tiene un buen trabajo aunque debe trabajar muchas horas y eso le hace no tener demasiado tiempo para ayudar en las tareas domésticas. Aun así me encanta mi rutina y que los niños me digan que les lea un cuento antes de dormir. no me importa, aunque espero poder bajar a tomar una cerveza con mis amigos. Claro, eso si mi mujer no vuelve muy tarde a casa o demasiado cansada.

Bueno, te dejo que me voy a hacer la comida de mañana

Pablo Cavero, 2º ESO B


Segundo finalista
No lo necesito

Lo necesito, necesito sus besos y sus abrazos, aunque a veces sean obligados, lo necesito, necesito sus broncas en el salón de mi apartamento.

Mis familiares, mis amigos, incluso mis vecinos me dicen que lo cuente, que eso no es amor, pero... ¿qué sabrán ellos del amor? El amor es esa sensación en la que necesitas estar con esa persona especial, y yo lo necesito.

Necesito que me controle, que me siga, que le pregunte a todo el mundo sobre mí, lo necesito, necesito que cambie mi ropa, que me lea mis mensajes...

Lo necesito y a la vez no lo necesito.

María Aguilar, 1º ESO D

Tercer finalista
Limpieza infinita

Todos los días al llegar a mi casa tengo que limpiar y limpiar, y si hago algo mal él me pega, esta es mi vida y ojalá algún día cambie. He estado pensando... creo que lo que voy a terminar limpiando es mi vida de insultos, humillaciones y palizas. Solo tengo que sacar la fuerza y tener valentía. Primero usaré la escoba para barrer el miedo, luego la fregona para limpiar mi mente de las ideas que me mete en la cabeza, y por último tengo que aspirar fuerza para salir de este bucle de limpieza infinita.

Adrián Hurtado Jiménez, 1º ESO C

Cuarto finalista
Habla, no calles

Se despertó  una mañana, se miró al espejo y no se reconoció.
Reconoció la tristeza con la mirada perdida y huellas dolorosas. Puso sobre el espejo sus manos pintadas de blanco y gritó !Basta ya!

Marina Lozano Gómez, 1º ESO C

- 2ª Modalidad: De 4º de ESO a 2º de bachillerato:

Microrrelato ganador
Y con orgullo

Hola. Me llamo Jaime. Tengo 25 años. Y acabo de nacer.

Laura Lucena, 1º BTO C

Primer finalista
La última hora

Esta mañana, como de costumbre, encendí la televisión para ver el telediario. Entre las noticias de última hora se encontraba un titular que llamó mi atención: una joven había sido asesinada por su pareja la noche anterior. Estaba acostumbrada a escuchar noticias de este tipo, casi todos los días ocurría un suceso similar; pero, por alguna razón, esta vez me conmovió, y lloré. Lloré por la chica que había fallecido, por todo lo que había sufrido; lloré por su familia y sus amigos, por el hueco que había dejado en sus corazones, y porque su recuerdo permanecería grabado allí para siempre. Lloré por todas las personas que no habían podido conocer a esa chica; que sería una persona maravillosa, y que tendría que mostrar grandes cosas al mundo. Lloré por la vida que no pudo tener, por las cosas que jamás pudo disfrutar, y por la familia que no pudo formar. También lloré por el desalmado que la había asesinado, y por todos los que habían cometido el mismo horror antes que él. Entonces oí un golpe en la puerta: se me heló la sangre, cerré los ojos con fuerza, y deseé que mi corazón dejase de latir.

Lorena Monfort, 1º BTO B

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